Este domingo, cuando agotados por la lucha y los kilómetros empinados los escaladores terminen su labor en el primera edición de la Colombia Oro y Paz, la gran montaña habrá dictado su sentencia y se conocerá al primer ganador de la competencia ciclística internacional más importante en la historia del país.

A los colombianos nos gusta definir en las cimas, en las empinadas cuestas, en la alta montaña. Está en el ADN de nuestro ciclismo y de allí la necesidad de que pronto llegaran las rampas a la competencia y ver el espectáculo de los nuestros, los llamados mejores escaladores del mundo.

Además, dichas subidas tendrán el condimento especial que en sus rampas definirán al ganador de la competencia. Es por ello que los llamados ‘perfumados’ hayan estado aguardando las jornadas con finales en alto que se inauguran este viernes.

“Se siente una alegría muy grande. Hay gente que siempre vibra frente al televisor y ahora tienen esa oportunidad de vernos en vivo y en directo acá. Estamos empezando un buen año y nos sentimos muy bien, no nos ha pasado nada malo y no nos hemos caído. Llegamos muy bien a las etapas de alta montaña”, señaló Darwin Atapuma, de la selección Colombia, quien en conjunto con Jarlinson Pantano, pretenderán poner el punto de emoción en las trepadas finales.

Los primeros días de ‘tensa calma’ en el pelotón se debieron a los finales de nervios en los sprints donde una caída masiva era el gran riesgo para los competidores que se sienten como pez fuera del agua en este tipo de jornadas. Por eso la meta ante todo era salir limpios de la situación.

“Usted si sabe, hermano”, dijo con gracia Rigoberto Urán a uno de los reporteros que le consulto por esta situación. “Esa es la idea, pasar estas etapas planas y esperar los últimos dos días de montaña, que seguramente van ser difíciles. Tenemos corredores de mucha calidad, y como es la primera hay muchos que la quieren ganar”, reseñó el antioqueño.

Aun así, aunque el punto de emoción está anunciado, hay otros que prefieren el bajo perfil para luego tratar de sorprender. Aunque, en el caso de Nairo Quintana, esto ya no es ninguna sorpresa. Pero de todas maneras el boyacense prefiere mantenerse con su tradicional perfil bajo.

“Eso se espera, pero no lo narremos antes de verlo. Se va ver seguramente y va ser muy bonito para toda la afición. Hace tres años no corro en Colombia, la última vez fueron los nacionales en Boyacá. Estamos de vuelta y el cariño de la gente es más grande”, acotó Quintana, el único de los favoritos que se vio involucrado en una caída.

Los escenarios de la montaña empiezan este viernes con la subida al alto de El Tambo, contigua a la ciudad de Pereira en Risaralda. Una escalada de tercera categoría de 4.5 kilómetros de extensión y que tiene un promedio de inclinación del 5.2% con una rampa final del 16%.

El segundo día de las escaladas será en el departamento de Quindío, en el Alto de los Bomberos, en el municipio cafetero de Salento. Aunque también es de tercera categoría, serán 3 kilómetros exigentes a 6.9% con un sector 'asesino' del 34%, el cual dejará en la lona al que le falten fuerzas.

Finalmente, el domingo en Manizales, la trepada al alto de Torre Chipre nos dará al nuevo campeón, cuando se complete la subida al único premio de primera categoría que está en el presente recorrido.

Así las cosas, Chipre cuenta con una extensión de 19.9 kilómetros con un promedio de 4.4% y un sector máximo de desnivel al 21.7% en los sectores finales. El cual hará pagar a los que no estén listos.

Advertencia que cae sobre corredores fuertes pero que podrían pagar derecho a piso como Urán que aceptó: “nunca he subido a Manizales, así que no sé cómo será”.

En las cimas brumosas y frías habrá ‘candela’. El reto para los escarabajos está dado y ellos parecen aceptarlo de buena gana. Quieren ser profetas en su casa y confirmar que lo que hacen en Francia, España e Italia es reflejo de lo que se hace en Pereira, Armenia y Manizales.